Maquiavelo

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domingo, 19 de junio de 2011

Sociedades de Convivencia: ¿atentado o derecho humano?

¿Por qué la Iglesia Católica se opone a la unión legal de los homosexuales, y por ende aconseja a los legisladores no aprobarla? Simple y llanamente trata de “proteger” la dignidad del matrimonio, "fundamental para la solidez de la sociedad”.


Esperaba argumentos más sólidos al menos para darle a la Iglesia el privilegio de la duda respecto a lo que dice que somos los homosexuales, sin embargo como siempre sucede cuando se le pregunta a sus ministros, optó por afirmar lo mismo de siempre: “no estamos en contra de los homosexuales, sólo de que vivan como tales”. O sea no están en contra pero tampoco a favor, entonces su verdad es un contrasentido que contradice toda lógica dialéctica, luego entonces no es verdad, son puras conjeturas subjetivas; es lo mismo que asegurar, sólo porque se nos da la gana, que Dios no existe sin tener pruebas fehacientes.

En uno de los últimos programas de “Zona Erógena” que se transmitió recientemente por el Sistema de Radio y Televisión del Estado de Puebla, Sicom, y ante la posibilidad de que el Congreso del Estado pudiera legislar una ley parecida a la de Convivencia -que al parecer la nueva Asamblea del DF podría retomar-, el productor del programa, el psicoterapeuta Jesús Tamariz Saldaña, convocó a la mitra poblana a discutir dicha propuesta para presentar argumentos en su contra, toda vez que previamente, presentó posturas a favor de ONG’s locales.

Al programa, que se emitía los domingos por la noche por Sicom FM, no llegó ningún sacerdote, la arquidiócesis hizo mutis y un seglar comprometido, como se calificó a sí mismo, llamado Esteban (y que se negó a decir apellidos) trató como pudo de defender la postura de la Iglesia Católica.

No supo dar razones convincentes sobre la negativa de la Iglesia a dicha ley, contradictoriamente expuso que el documento “Consideraciones Acerca de los Proyectos de Reconocimiento Legal de las Uniones Entre Personas Homosexuales”, emitida hace más de tres años por la Congregación para la Doctrina de la Fe, no es la postura de la Iglesia, sino sólo una opinión.

No es postura canónica sin embargo el documento redactado y presentado por el ahora papa, Joseph Ratzinger, quien fuera el prefecto de dicha Congregación durante el papado de Juan Pablo II, es extensísimo, tiene conclusiones, contó con el aval papal y fue presentada a nivel mundial precisamente como la postura oficial del Vaticano y que ha sido usada para condenar al Estado Español cuando el presidente Zapatero legalizó las uniones homosexuales. El mismo Papa casi embarra el documento en el rostro del presidente cuando visitó esa nación haciendo evidente la frialdad de las relaciones entre los dos Estados. Causó los efectos de una bomba, pues radicalizó las acciones globales de los ministros contra la comunidad homosexual del mundo católico, demasiada reacción para una simple opinión y cuyas secuelas todavía afectan.

Por eso mismo, al menos en Puebla, por mandato del arzobispado se inició una depuración de los seminarios para sacar a todo aquel aspirante a sacerdote que presentara evidencias de homosexualidad en su comportamiento, al mismo tiempo que son sometidos a todo tipo de pruebas psicoterapéuticas para evitar que se les cuele algún “Marcialito”, es decir, un pederasta en potencia.

Ante la pregunta del por qué la Iglesia Católica se opone a la unión legal de los homosexuales y por ende aconseja a los legisladores no aprobarla, Esteban aseguró que simple y llanamente se trata de proteger la unidad del matrimonio y su dignidad que son fundamentales para la solidez de la sociedad.

Preguntó Tamariz: si no se pretende emular al matrimonio sino sólo legalizar jurídicamente las uniones del mismo sexo, ¿en qué se afecta al matrimonio y a la familia?

Y dale la mula al trigo, como dice el adagio popular, contestó Esteban:

- Porque el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios y porque Dios nos hizo hombre y mujer e instituyó el matrimonio para que se complementaran y se reprodujeran, la unión entre hombres atenta contra la dignidad del matrimonio.

- ¿Pero cómo?

- El hombre y mujer fueron hechos para dejar a sus padres y unirse en una sola carne, para mediante la facultad sexual fecundar y reproducirse, entre hombres no existe esto, esta unión está cerrada a la procreación.

- ¿Y en qué afecta al matrimonio y a la familia que no tengan hijos, acaso es a fuerza? ¿Los esposos heterosexuales que son infértiles acaso viven en pecado?

- Es que el matrimonio entre hombre y mujer es un sacramento, es santo, las uniones homosexuales son contrarias a esta ley moral natural y claro que los esposos que no pueden engendrar no viven en pecado.

- ¿Y por que las homosexuales sí?

Y dijo Chucho -ya algo molesto-: si no se pretende mediante la Ley de Sociedades de Convivencia que haya un matrimonio, sino sólo un reconocimiento de los derechos, ¿cómo se opone a la ley moral natural, de la que precisamente se derivan los derechos humanos?, parece más bien pura verborrea ¿no?

Esteban, haciéndose bolas, recurrió a pasajes de la Biblia para pretender asentar las bases de la ley moral natural y hasta a los mandamiento de la ley de Dios acudió.

- Si a esas vamos, opinó Tamariz, entonces la guerra es moralmente buena y matar igual. En la antigüedad la misma Iglesia bendecía las armas con la que los “soldados de Cristo” iban a matar infieles en nombre de Dios. Y no precisamente esas guerras tenían sólo fines religiosos, había mucho de poder económico y político y fue reconocido por Juan Pablo II al pedirle perdón a la humanidad por los errores del catolicismo en el Jubileo del año 2000. La Inquisición mató a mucha gente porque aseguraba que el mundo era redondo, como en realidad lo es, y mató a miles más basándose en lo que decía la Biblia, mató a miles sólo porque los consideraban herejes por pensar distinto a la Inquisición y que como se ha demostrado, nunca tuvo razón y condenaba basándose en caprichos y autoritarismo. ¿Matar es bueno entonces?.

- No, claro, no, pero, bueno es que... -y tragó pinole el buen Esteban, quien no supo explicar eso de la ley moral natural y menos dar razones por las que los homosexuales no tienen derechos humanos. Como para salirse por la tangente expuso que el documento de la Congregación de la Doctrina de la Fe no denigra a los homosexuales sino sólo le da a cada cosa su lugar.

- ¿Cómo?

- Es que la Iglesia “tolera a esa gente” y reconoce sus derechos, no los denigramos, pero aprobar sus relaciones es otra cosa, eso no en un derecho, eso es reprobable y no lo acepta la Iglesia porque por revelación, por dogma y su tradición, siempre ha estado a favor de la vida y la defiende a toda costa.

- ¿Pero en qué atenta las uniones legales entre homosexuales a la vida? ¿No es un derecho natural y muy humano que todos contemos con igualdad y que no se discrimine a nadie por presuntas diferencias?

- Es que esas relaciones están cerradas a la procreación, las uniones homosexuales son un atentado contra la especie humana porque no preserva la especie y bla bla bla...

Fue notorio en un momento dado el encono entre invitado y conductor, quien calificó de anacrónica la postura de la Iglesia al respecto, en la próxima les cuento.

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